jueves, 30 de junio de 2011

A La Merced de la noche

Por Alfredo Del Águila y Alexander Chávez

 

La vida nocturna en nuestra urbanización La Merced puede ser muy activa, sobre todo en la Primera Etapa, en donde con un simple recorrido se pueden divisar bares, locales y demás establecimientos para la compra y consumo de alcohol. Mucha polémica se ha desatado a raíz de las libertades que se toman estos locales a la hora de vender licores. Libertades que muchas veces rozan lo ilegal, como es el caso de la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad o a la ingesta de estas sustancias en la vía pública, como está expresamente prohibido en el Reglamento de Alcoholes.

Iniciando el recorrido, podemos ubicar el establecimiento comercial “La Floristería”, ubicado en la primera cuadra de la Av. Húsares de Junín, que cuenta con instalaciones separadas, una para la compra de bebidas alcohólicas y otra para la degustación de estas, en cómodos y seguros ambientes. Esta instalación cuenta con los permisos necesarios de funcionamientos expedidos por la Municipalidad de Trujillo y no representan obstáculo alguno ni motivo de queja por parte de los vecinos. Sin embargo, en donde si encontramos algunas dificultades es en las afueras del mencionado local, en donde, personas, en su mayoría jóvenes, ocupan las áreas destinadas para el libre tránsito de las personas e ingieren bebidas alcohólicas en la vía pública. Esta realidad ha demandado la recurrente presencia de las fuerzas policiales quienes, en realidad, poco o nada hacen ante estas eventualidades. Se limitan a exigir a estas personas a que despejen el  área, luego de lo cual, los policías se retiran y los eternos deambulantes regresan, a sus actividades alcohólicas. Y esto no es asunto de solo unos cuantos días. En realidad, en cualquier día de la semana se pueden observar numerosos grupos apostados fuera del local.

A lo largo de la avenida Húsares de Junín, no se encuentran,  además de la Flori, otros establecimientos similares, por lo que esta constituye el punto de encuentro obligado de muchos jóvenes de La Merced, de urbanizaciones aledañas e incluso de zonas alejadas de la ciudad.

Muchos de los jóvenes sostienen que no hacen mal a nadie, que simplemente están disfrutando de un momento con sus amigos, pero también es cierto que las leyes prohíben expresamente ingerir bebidas alcohólicas, cualesquiera que estas sean, en la vía pública. Y además, es cierto, que en este tipo de reuniones en donde las sustancias etílicas están de por medio, las percepciones y los ánimos cambian y llegan a ser motivo de episodios violentos que pueden perjudicar no solamente a los protagonistas, sino también a personas ajenas y vecinos que nada tienen que ver y merecen respeto y tranquilidad en la zona en donde viven.

Estos establecimientos están operativos las 24 horas, sin embargo durante el día, se ve un movimiento medio, sin incidentes, aunque la gente continúa comprando bebidas alcohólicas.

No se han registrado, que se recuerde, incidentes de tipo violento en las inmediaciones de estos establecimientos. Es a partir de las 9 de la noche cuando comienzan a llegar los primeros grupos.

Estos grupos, por lo general, se retiran con la aparición de las primeras luces del alba.

La situación es similar en la tercera etapa La Merced, en donde los locales que expenden bebidas alcohólicas se llenan de jóvenes que aprovechan la vía pública y los parques aledaños para pasar un momento con sus amigos.


Sin lugar, a dudas, necesitamos en nuestra urbanización un mayor control para prevenir accidentes que puedan ocurrir en estas áreas que son de nuestra responsabilidad.

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